lunes, 26 de septiembre de 2011

Hadara

Chiara se despertó sobresaltada en su enorme cama en el último piso de su rascacielos del centro de Boston. Durante algunos segundos respiró agitadamente sin saber quién era ni dónde estaba. No lograba encajar en su cabeza las imágenes que acababa de ¿soñar? ¿Había sido realmente un sueño? Resultaba tan real...

 "Hadara descansaba tranquilamente dentro de Chiara cuando fue repentinamente expulsada de ese cuerpo. Durante algunos segundos se vio en el mundo de los espíritus, viajando a toda velocidad hacia una lucecita que parpadeaba a lo lejos. Casi ni tuvo tiempo de visualizar el cuerpo que estaba absorbiéndola. Tan sólo llegó a ver una bonita melena negra antes de verse embargada por los sentimientos humanos de un nuevo cuerpo. No tardó mucho en darse cuenta de que humanos no era exactamente la palabra adecuada. Estaba dentro de una vampiro. Ni siquiera creía que eso pudiera ser posible. Pero esta vampiro en concreto parecía llena de recuerdos y anhelos humanos. Sintió como propio el hondo dolor que padecía su nuevo recipiente ante el secuestro de su pareja. Mirando al interior del sujeto pudo percibir la infinidad de secretos que guardaba. Y todas las preocupaciones, más propias de un humano que de un ser sobrenatural, que estos le acarreaban.

  Sin embargo, era distinto a lo que ya había experimentado. Su personalidad no había invadido la del cuerpo para anularla. Cohabitaban ambas dentro de él. Y la otra presencia no parecía haberse percatado de que no estaba sola.

  Cuando el torrente de sentimientos frenó, pudo mirar a su alrededor a través de los ojos de su nuevo recipiente. Y vio un grupo de gente reunida en lo que parecía una gran sala de recepción. Supo por su nuevo recipiente que se encontraba en la casa del Príncipe vampiro de Seattle. Y también supo que la muchacha odiaba a ese Príncipe, que precisamente estaba hablando en este momento. Por algún motivo, la chica se sentía muy ofendida al recibir órdenes de ese tipo. Hadara sintió mucha lástima por esta vampiro, que no parecía tener agallas para enfrentarse a ese Príncipe arrogante y odioso. Así que decidió dejar de ser una observadora, tomar el control y ponerlo en su lugar.

  Mientras utilizaba a su recipiente para decirle cuatro cosas al Príncipe, se dio cuenta de que algunas de las personas de la sala la miraban horrorizadas. Empezó a plantearse si sus actos no serían contraproducentes para la chica, y cuando vio que un hombre la interrumpía para tratar de arreglar la situación, decidió dejarlo seguir adelante y volver a hacerse a un lado. Sentía la confusión de la chica mientras se preguntaba por qué habría dicho esas cosas al Príncipe, y cuando estaba a punto de invadirla de nuevo para calmar sus dudas sintió otra vez cómo la expulsaban del cuerpo para volver al mundo de los espíritus. Al instante, su recipiente habitual se había despertado agitada."

  Poco a poco sus ojos humanos comenzaron a acostumbrarse a la oscuridad, y sus oídos percibieron una respiración junto a ella en la cama. Ahí estaba Orifiel de nuevo. En el fondo la halagaba que estuviera empeñado en meterse en su cama como fuera. Estaba claro que el extraño sueño tenía que haber sido cosa suya. Para algo era un corruptor de lo más experimentado, ¿no? Probablemente sería un nuevo sistema para tratar de llamar la atención.

  Más tranquila, Hadara volvió a tumbarse en la cama, se prometió hablar con Ori al día siguiente sobre el tema y cerró los ojos, los oídos y la mente a cualquier tipo de ilusión. Sin embargo, no consiguió dormir relajadamente esa noche. Esa otra presencia... Shara se llamaba, parecía tan real...